OIDIO

El Oidio o ceniza como la conocen los agricultores se manifiesta como un micelio blanquecino visible a simple vista.

El hongo se conserva en los restos de vegetación afectada de cultivos precedentes y sobre otras plantas huéspedes cultivadas o malas hierbas y se difunde mediante conidios llevados por el viento, por lo que las plantas enfermas, suelen aparecer en las bandas del invernadero.

Las condiciones óptimas de desarrollo son una temperatura de 20-25º C y 50-70% de humedad relativa.

El ataque comienza en los foliolos de la hoja. Los síntomas iníciales consisten en manchas blancas y pulverulentas en el haz que se van tornando de color amarillo y detrás de las cuales puede verse un polvillo blanquecino en el envés. Estas manchas aumentan de tamaño y número y van extendiéndose de las hojas viejas a las jóvenes atenuando el desarrollo de la planta.

En ataques fuertes la hoja se seca y se desprende, provocando defoliaciones y quemaduras en los frutos al quedar expuestos directamente al sol originando importantes pérdidas de cosecha.

En cucurbitáceas se producen en las hojas manchas blanquecinas y pulvurulentas en el haz de las hojas, muy características.

En tomate en cambio, produce manchas amarillas en el haz de la hoja, que se necrosan rápidamente por el centro. En el envés, en la zona de la mancha, puede observarse un micelio blanco.

Existen diversos métodos de control de todas estas enfermedades, pero uno de los más importantes… es el preventivo. Todas estas enfermedades se producen por bajas temperaturas y altas humedades.